por Pegaso » 19 Sep 2020, 20:40
La mejor manera de quitarse el mono de salir en moto, es darse un buen atracón. Si bien eso se puede aplicar a casi todo en la vida, este fin de semana ha sido especialmente intenso porque a las ganas de salir, se le agregó el buen tiempo en forma de sol constante sin que nos hiciese excesivo calor.
Después de salir a media mañana desde la A-2, nos dirigimos a Jaca para hacer una parada y poder repostar tanto las motos como nosotros. Tras una comida bastante normalita, cogimos por Yesa, dirección a Roncesvalles, y en un dulce juego entre la frontera francesa y la española, cruzamos Navarra hasta el País Vasco, para llegar al centro de Donosti, donde nos esperaba una ducha reconfortante, y un paseo por el casco viejo de San Sebastián para probar algunos pintxos, aunque la temprana hora de cierre de los locales, consiguió que nos retirásemos a dormir bastante temprano.
El sábado arrancamos a media mañana, y de nuevo fuimos flirteando con la línea fronteriza y disfrutando de unas magníficas carreteras llenas de paisajes tremendamente bucólicos cargados de tonos verdes. Paramos a comer cerca de Zugarramurdi, y ya enfilamos a nuestro destino para descansar.
Sobre las 19.00 h. llegamos al camping de Anzánigo, donde a pesar de no haber podido contactar con ellos para reservar, nos dispusieron de una habitación, y una cena muy pero que muy decente. Sobre la 01.00 de la madrugada nos fuimos a dormir.
El domingo arrancamos para casa después de comer unas tostadas y un café, y a pesar de ir alternando la nacional con secundarias, llegamos a casa sobre las 16.00 h. y unos 1200 kms recorridos en una experiencia que en estos tiempos de cancelación contínua de eventos, podíamos plantearnos más a menudo.
La mejor manera de quitarse el mono de salir en moto, es darse un buen atracón. Si bien eso se puede aplicar a casi todo en la vida, este fin de semana ha sido especialmente intenso porque a las ganas de salir, se le agregó el buen tiempo en forma de sol constante sin que nos hiciese excesivo calor.
Después de salir a media mañana desde la A-2, nos dirigimos a Jaca para hacer una parada y poder repostar tanto las motos como nosotros. Tras una comida bastante normalita, cogimos por Yesa, dirección a Roncesvalles, y en un dulce juego entre la frontera francesa y la española, cruzamos Navarra hasta el País Vasco, para llegar al centro de Donosti, donde nos esperaba una ducha reconfortante, y un paseo por el casco viejo de San Sebastián para probar algunos pintxos, aunque la temprana hora de cierre de los locales, consiguió que nos retirásemos a dormir bastante temprano.
El sábado arrancamos a media mañana, y de nuevo fuimos flirteando con la línea fronteriza y disfrutando de unas magníficas carreteras llenas de paisajes tremendamente bucólicos cargados de tonos verdes. Paramos a comer cerca de Zugarramurdi, y ya enfilamos a nuestro destino para descansar.
Sobre las 19.00 h. llegamos al camping de Anzánigo, donde a pesar de no haber podido contactar con ellos para reservar, nos dispusieron de una habitación, y una cena muy pero que muy decente. Sobre la 01.00 de la madrugada nos fuimos a dormir.
El domingo arrancamos para casa después de comer unas tostadas y un café, y a pesar de ir alternando la nacional con secundarias, llegamos a casa sobre las 16.00 h. y unos 1200 kms recorridos en una experiencia que en estos tiempos de cancelación contínua de eventos, podíamos plantearnos más a menudo.